lunes, 5 de octubre de 2009

Palabras de clausura de la V Feria Regional del Libro, La Vega 2009


PALABRAS DE CLAUSURA DE LA
V FERIA REGIONAL DEL LIBRO LA VEGA 2009

Cuenta Don Gavino Espínola, en el tomo I de La Vega histórica ----publicado por la presente gestión de la Secretaría de Estado de Cultura, a propósito de la celebración de la VIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2005----, que en el centro la Plaza de Armas que funcionó en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Parque Duarte, a cuyo costado nos encontramos, fue plantada, durante el periodo de la Dominación Haitiana, una palmera a la que los veganos de entonces dieron en llamar La Palma de la Libertad. Cuenta, también, que al oeste, dentro de la misma plaza, había un cocotero de mediano tamaño y abundantes racimos, en cuyo tronco, en tiempos de la Restauración de la República, tuvo lugar un acto impropio e innecesario: el fusilamiento del ciudadano español Manuel Guardiana, por orden expresa del comandante Manuel Mejía. Y se dice que, a seguidas, la mata de coco “bajó sus pencas para cubrir el cadáver”, y que “no las levantó más, secándose por completo como protesta muda por el crimen de que había sido testigo”.


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Muchas son las acciones y múltiples los pasajes de la vida social de esta provincia en los que las plantas ocupan un lugar señero, pues como se afirma en el documental que realizaran Adriano Miguel Tejada ----actual Director del periódico Diario Libre---- y José Rafael Lantigua ----actual Secretario de Estado de Cultura---- con motivo de la primera Feria Regional Provincial del Libro que el segundo organizara aquí, hace 10 años, los árboles se hallan íntimamente ligados a la historia de La Vega Real. Desde aquel níspero bendito de una de cuyas ramas fue construida la Santa Cruz el 14 de marzo de 1495, por disposición del Almirante de la Mar
Océana
, hasta el higüero del patio de las hermanas Manuela, Francisca Angustia y María del Carmen Villa, a la sombra del cual Juan Pablo Duarte se reuniera con sucesivas comisiones de notables veganos, entre el 26 y el 29 de junio de 1844, según nos deja saber Don César Arturo Abreu en las páginas 37 y 55, respectivamente, de su obra La Concepción de La Vega. Raíces de nuestro espíritu, publicada por Ediciones Ferilibro, y puesta en circulación el pasado jueves 24, en el marco de esta V Feria Regional del Libro La vega 2009.



Desde el tamarindo plantado por Don Martín de Moya en 1856, el día del nacimiento de su hija Anita de la Mota, hasta aquél de los dos samanes en que el general Pío Lazala, amarró su caballo aquel día de 1892 en que lo habrían de fusilar, los cuales habían sido sembrados por Don Pedro A. Bobea en 1884; del framboyán que sembrara Don Casimiro N. de Moya frente a su casa y que, andando el tiempo, diera sombra y cobijo a la reunión de éste y José Martí, a comienzos de 1895, hasta la mata de mango de la estación del ferrocarril debajo de la cual estuvieron varios conjurados, el 24 de julio de 1899, procedentes de Moca, con el propósito de ejecutar al general Ulises Heureaux ----lo cual no lograron ese día----, pero sí dos días después en la Villa del Viaducto, o aquel de los limoncillos que estaba al sur de este parque y que sirvió de morada de las “Tertulias de Don Federico García Godoy, de las que, entre tardes y noches, tomaron parte Manuel Ubaldo Gómez, Arismendi Robiou, Juan Gassó Gassó, Zoilo García, Manuel Morillo King, Narciso Alberti Bosch, Arístides Robiou, Adolfo Alejandro Novel, Hermógenes García, José Martí y Fabio Fiallo, entre otros… el árbol constituye un referente obligado del desenvolvimiento histórico de esta augusta comunidad.




Pues bien, señoras y señores, damas y caballeros, los miembros del equipo de trabajo a cargo de la administración cultural del Estado, puestos sobre el mismo corcel hemos venido. A lomos de un árbol de lápices y arabescos, pleno de motivos carnavalescos, leales a la noble tradición vegana, hemos sentado nuestros reales en este espacio cargado de historia y de valor que antiguamente alojó a la Plaza de Armas, que hoy es el Parque Duarte, ataviados de un programa de actividades tan amplio y diverso como frondosos y abundantes son los árboles de que hemos hablado; con la firme convicción de que a la auténtica libertad y al progreso llamado a permanecer sólo es posible llegar de manos de la cultura: 476 actividades culturales debidamente programadas, además de 97 realizadas al margen de la plan original han tenido lugar en este espacio ferial desde el pasado lunes 21 hasta hoy, domingo 27 de septiembre; 38 espectáculos musicales, 2 exposiciones pictóricas, 43 presentaciones teatrales, 39 presentaciones de libros, 19 pabellones (entre los cuales merecen especial mención: el Pabellón de Gastronomía, el Pabellón “Juan Bosch”, el Pabellón de Autores del Norte; el Mesón Infantil ----que incluyó 4 espacios, especialmente diseñados para los niños e infantes que visitaron la Feria: “Lectura Divertida”, orientado a la lectura, “Linterna mágica”, para la proyección audiovisual adecuada a sus edades, “Manos creativas”, donde fueron impartidos decenas de talleres manualidades, y “Zona Abierta”, un área orientada a cultivar la sensibilidad artística de los pequeños----; y los pabellones correspondientes a las 14 provincias de la región norte).

 


A estas grandes áreas habría que agregar los siguientes espacios: el Balcón de la Poesía, el Anfiteatro de la Casa de la Cultura, el Teatro Rodante Municipal, el cine-Feria Vega Real, el Patio de la Casa de Bule, el Salón Carnavales del Norte, el salón principal de la Biblioteca “Guido Gómez Despradel Batista”, y el de la Casa de la Cultura, el Auditorio de la Tarima de Espectáculos y la Glorieta del parque ferial, todos los cuales acogieron, durante estos 6 días de intensa actividad cultural, a las decenas y decenas de miles de personas que acudieron, de manera entusiasta a aprovechar esta inigualable oferta cultural, sin costos de entrada ni de participación para los interesados. Artistas y escritores de renombre nacional e internacional se dieron cita en este espacio, lo mismo que en los tiempos de Don Fed; y las autoridades provinciales y municipales, el empresariado local y regional, y los comunicadores sociales de la ciudad sede y de toda la región, respondieron en consecuencia, lo mismo que las fuerzas vivas, los señores Senadores y Gobernadores, los Directores Provinciales y los Subsecretarios de Cultura, en especial aquellos que tienen asiento en esta parte del país llamada el Norte, cual es el caso de Enegildo Peña, Orlando Lora y René Merete.


¡Vaya, pues, nuestro agradecimiento emocionado al honorable señor Senador de la República por la provincia de La Vega, Ing. Euclides Sánchez; al señor Gobernador Provincial, Dr. Mario Hidalgo; a Su Eminencia, Monseñor Antonio Camilo ----Obispo de la Diócesis de La Vega----; al ilustre señor Síndico Municipal, Ing. Fausto Ruiz, y su equipo, en especial al arquitecto Joel Martínez, al P. Angiolino Abreu, lo mismo que a Radio Santa María, a EDENORTE, en la persona ingeniero Otelo Ortiz, Gerente de Distribución de esa empresa energética, al Grupo Medrano, a la Dirección Regional 06 de la Secretaría de Estado de Educación y a la Cámara de Comercio y Producción de La Vega! Y a los veganos, en sentido general, que tan generosamente nos han acogido durante todo el proceso de preparación del evento que ha convertido a la culta, olímpica y carnavalesca en la Capital Cultural de la República durante el período ferial.



Gracias por la hospitalidad que les habeis brindado al equipo de trabajo de la Secretaría de Estado de Cultura, al frente del cual se ha encontrado en todo momento su máximo incumbente, quien, prácticamente ha trasladado su Despacho a esta ciudad durante la últimas semanas; hospitalidad de la que, en felices horas, también disfrutaron los europeos a su llegada a la vivienda del Cacique Guarionex, en Guaricano, en 1495; los desplazados de la banda norte a causa de las Devastaciones de Osorio de 1605 y 1606; Jordan Lancaster, mejor conocido como Comandante Lancaster, ingeniero mecánico, oficial del ejército norteamericano que, al decir del Ariosto Montesano, en las páginas, 25 y 26 de su obra Vivencias y ocurrencias veganas. Personajes y anécdotas, publicado por el sello editorial de la Feria del Libro y puesto en circulación a las 6: 00 de la tarde de ayer llegó a La Vega en 1856, a instalar una máquina de aserrar madera que obtuvo el P. Moya en Puerto Rico, y tanto se aclimató que en 1863 tomó parte activa en la Guerra de Restauración del lado dominicano; cosa que al decir de Jovino Espínola, en la páginas 97 y 98 del segundo volumen de su obra, puesto en circulación, igualmente, el pasado jueves 24, también ocurrió con otros dos ciudadanos: Federico Basilis Alvarez y Thomas Beal Warden, puertorriqueño y norteamericano, respectivamente, entre otros. La Vega es, pues, sinónimo de síntesis y de interculturalidad.

 


Un nuevo ciclo se cierra. Pero las Ferias del Libro, al modo que las concebimos quienes formamos parte de la administración cultural del Estado en los tiempos que corren, no se agotan en el periodo mismo de su realización. No sólo apostamos a que resuene el eco de sus beneficios intangibles, sino que procuramos dejar la marca de su huella en obras y acciones culturales concretas. En tal sentido, 24 nuevos libros de autores de la región, algunos de los cuales publican por primera vez, han sido dados a la estampa por la Secretaría de Estado de Cultura, a través de sus tres sellos editoriales: Editora Nacional, Ediciones de la SEC y Ediciones Ferilibro, con motivo de esta V Feria Regional del Libro La Vega 2009, 6 de estos autores son nativos de La Vega; las paredes exteriores del Cementerio Ornamental han sido pobladas de hermosas obras de arte por el equipo del Plan Nacional de Murales de nuestra cartera, al frente del cual ha estado el pintor vegano Yi –Yoh Robles, en estrecha colaboración de su colega José Lantigua (Bule); el pasado viernes entregamos un total de 512 libros a cada uno de los Directores de Cultura de igual número de provincias de la región, con el objeto de formar o fortalecer, según sea el caso, las correspondientes bibliotecas municipales, cual es el caso de la Biblioteca Municipal “Dr. Guido Despradel Batista”; como parte de los preparativos para la celebración de la Feria, acondicionamos y remozamos varios espacios culturales de la ciudad, como la Casa de Bule, la Casa de la Cultura, así como las esculturas del parque y el escudo de la ciudad ubicados en el espacio ferial, y a partir del lunes 28 haremos lo propio con las Escuelas de Bellas Artes de la ciudad. Lo cual, unido a las 982 personas que, directamente o indirectamente, se beneficiaron con un empleo o un contrato por servicios, supone una cifra de dinamización de la región, así en lo cultural como en lo estrictamente económico.






La acogida prodigada a estas iniciativas y al evento en sentido general, nos ha colmado de optimismo. Un cierto sentido de horizonte se ha apoderado de nuestro ánimo. Algo nos ha dejado entrever, que la simiente sembrada en esta ocasión por el equipo de hombres y mujeres de la Secretaría de Estado de Cultura, con el apoyo de las Direcciones y las autoridades de las 14 provincias, que han traído a este espacio ferial, de manera sucesiva, lo mejor de su literatura, lo mejor de su arte, lo mejor de su gastronomía, no perecerán. Le hemos tomado la palabra a quienes, en público y en privado, han hecho manifiesta su intención de tomar de las manos del señor Secretario de Estado de Cultura, Lic. José Rafael Lantigua, la tea de la acción cultural a gran escala que hoy concluye para llevarla a nuevos estadios de madurez y plenitud, pues tenemos bien presente que la palabra, cuando va acompañada de la pasión, de la gerencia y de la creatividad, se convierte en una fuerza capaz de hacer que de ella nazca todo un mundo de nuevas realizaciones.






Así dio en acontecer con las palabras que al día siguiente de la llegada del P. Adolfo Alejandro Nouel a La Vega, el domingo 23 de marzo de 1891, le dirigiera Doña Petronila Peña, mejor conocida como Parira a propósito de la tarea que él mismo había consignado como prioritaria: “¡Reverendo Padre, si usted termina nuestra santa iglesia, en no lejanos días será Arzobispo de Santo Domingo, porque todo aquel sacerdote que con amor desinteresado se ocupare de ella, obtendrá esa gran recompensa”. La respuesta del padre Adolfo no se hizo esperar: “Señora, yo no busco ni pretendo éso… sólo quiero servir a Dios y convivir con ustedes, los veganos, porque en el poco tiempo que llevo en La Vega, ya me siento ser hijo de esta ciudad; pero, de todos modos, no olvidaré sus predicciones”. La vida siguió fluyendo, y el tiempo avanzando con su paso, a veces cansado y, a veces, transido de apremio y desmesura. Hasta que un día, llegado el año 1904, el padre Adolfo fue llamado a Roma, desde donde regresó investido como Arzobispo de Metina y Obispo de Santo Domingo. Y hubo gran regocijo en la ciudad, que le recibió con una inscripción levantada en mitad de la vía férrea, que rezaba: “La Vega recibe a su hijo amado”, y a pocos pasos de allí le esperaba, serena, Doña Parira, que ya tenía más de 90 años: “¡Vieja profetisa, tu profecía se ha cumplido… ya soy Arzobispo”, le dijo, al tiempo que la abrazaba con efusión. “Pero para La Vega seguirá siendo su padre Adolfo”, le contestó ella, entre feliz y conmovida. “Así es, hermana…así es”, le dijo el Padre.




Y así es, señoras y señores, damas y caballeros, como nos hemos sentido entre ustedes: acogidos como veganos y tratados como hermanos. Y es así como anhelamos seguir siendo considerados, como obreros y hermanos en la tarea de la construcción de La Vega del porvenir. Así es… Es así… Así es.